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a mirada perdiera rumbo, desdibujando el
horizonte en la salada, un segundo le bastara para entender las sombras en el
marco lumínico del alba, acomodado en lecho arena mientras cubrían las estrellas
los primeros guiños del astro monarca, recorriendo su alma cien veces seguidas
las rimas quebradas por quien fuera su dama,
amiga…Compañera…
“…Mecen llamas cual melena fuego de quien
devuelve luminiscencia, agarrando un puñado de granulada quedo sin más aliento
que llorarlo… Yacen posibles occisos que sigo amando, bellas estampas alegres
vigorizando en mi mente al son tibio del recuerdo…La esperanza resulta falacia
pues alcanzar requiere movimiento, y rezo pasados inmediatos que confundo con el
ahora pena, puesto por amar recibí condena quedándome a merced del viento…Soy el
olvido recordado, la hazaña imaginada o el beso nunca dado…No soy nada de lo que
fuera…Un apartado que recuerda intentando dejar de lado aunque entregado a la
efervescencia de la existencia…Pues ante todo, soy
humano…”
P.D. El amor cuartea integrando
complicados ingredientes en el guiso. Puede pecar de especias o pasarse con la
sal. Todos hemos sido abandonados o abandonamos en alguna ocasión, fiel reflejo
de la efervescencia vital a pesar del puritísimo social o protocolo
impuesto.
Es complicado encontrar la pieza que
encaje en el puzle del amor hasta el último suspiro, lo admito, puede que sea
porque la mesa de la vida no para de bullir, no se está
quieta.
A postreras, con la edad vas deshaciéndote
del lastre personal hasta quedar totalmente desnudo a los 30, 40, 50… Es (bajo
mi punto de vista) el momento oportuno para hallar la
diosa…
Antes de convertirse en profesional hay
que pasar la instrucción completa.
Del amargo al equilibrio para regresar con
esta pirueta vital compartida; me despido no sin antes desearte de lo bueno lo
mejor con un hasta entonces, hasta ahora.
©Dadelhos Pérez