lunes, 21 de agosto de 2017

COMO CRISANTEMO ENTRE TULIPANES


COMO CRISANTEMO ENTRE TULIPANES (Relato/drama) experimental.
―Diga.
―Soy la esperanza abatida por meta lograda, anhelo en despierto que se acaba cuando te pierdes en el país del sueño, cabalgas a lomos de las buenas. Cambias colores a vivas tentaciones sin miedo a ser señalada...
―¿Raúl? ¿Eres tú?
―...Pero alcanzada el alba, suena insistente el despertador regente de la mesilla, regresando al arduo de siempre pues los miedos amanecen cuando sueños finiquitan. Y tú, alma caritativa en demasiadas ocasiones ausente, abrazas afán por tocar la noche, tumbarte sobre las sábanas viaje para recorrer distancias inimaginables alcanzando el argumento que te compone. Desechando temores, apariencias, armaduras pesadas que socavan las primaveras de tus inviernos despiertos en tus dormidos por década...
―¿Quién diablos eres?
―Quien no te olvida, quien te llora. Quien intentó acercarse a tu vida, la verdadera, recibiendo negativas cual punzada herida y pese a todo te sonriera, mucho antes de quedarte dormida. Soy el juego animado cuando eras niña, quien inventaba cuentos que atenta corregías. Soy aquel que sin pensarlo, por ti, hubiese dado la vida...
―Es imposible, no me gustan las bromas de mal gusto, señor. Hacerse pasar por mi difunto padre es, es...
―...Es como crisantemo entre tulipanes, tu flor favorita...
―¿Cómo sabe lo del crisantemo entre tulipanes?
―...Te prometí y cumplo, mi vida. Hoy no escucharás el despertador, no acudirás al trabajo que tanto detestas, no tontearás con jovenzuelos cual desesperada cuando estás despierta. Hoy te quedarás en los limbos de tu mente, como ahora, y decidirás donde pasar eternidades; sola en tu celda de cristal asistida por inerte, o con tu padre.
―Papá, ¿de verdad eres tú? ¿Me llamas desde el cielo? Es un milagro.
―Te llamo desde aquí mismo. Estoy a tu lado, como siempre. Si decides venir conmigo abandonando tu inmóvil forzado, volveré a contarte la historia paseando por hermosos valles, recitándote ensimismado...
―...Como crisantemo entre tulipanes...
Del pitido intermitente de la máquina hospitalaria, zumbó constante alerta, acudiendo el médico que intentó reanimar a la enferma sentenciada sin poder hacer más qué certificar su muerte.
Cuando se retiró de la recién fenecida tras cubrir su rostro con la sábana, no pudo evitar fijarse en el solitario crisantemo naranja que agonizaba dentro de rutinaria maceta. Y en nada, alejado de miedos o vergüenzas, revitalizó mostrando neta hermosura, vida, en el habitáculo de las soledades y penas.
Dijo la enfermera sin percatarse del mágico extraño:
―Diez años en coma, es lo mejor que le podía pasar. Sólo me queda una intriga.
―¿Cuál?―Cuestionara el profesional.
―Saber quién le mandaba todos los años la flor y el libro...”Como crisantemo entre tulipanes”
PD.: Quise experimentar entrando en lares complicados, pues reflejar la muerte en vida (estado comatoso) lo imagino como rutina impuesta por nuestra propia mente imitando la existencia conocida: desde el trabajo al amor, el desamor, para volver a enamorarse, etcétera.
Espero que al menos os haya entretenido, pues no aspiro nada más.
Sean felices hoy, no esperen a mañana. Cuiden de los suyos, besen a mamá y papá recordándoles que los aman, puesto es el mejor tributo, sin duda.
Un saludo.
© Dadelhos Pérez (Pepe Esparza)

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