DECAPITADO por
Dadelhos Pérez (romancero, que no romance)
Línea fragmenta difusa a lo lejos que oteara, pues
cerca anida desánimo del vencido. Yelmos caídos con sus protegidas,
acéfalos cuerpos inertes entre las brumas incoherentes que nublaron
raciocinios sensatos concediendo delirios sembrados en la colina que
me espera. Por eso miro al raso, impávido frente a la muerte,
rumiando el segundo que más anhelara frente al destello plata que
pretende mi existencia. Buceando con insistencia a través de mi sino
abocado a las puertas del finito, con ojos marchados a la línea
fragmentada que viera mientras me separaba de mi cuerpo tras la
caricia nítida y albina que anuló tormento, desgajó mis carnes.
Regó yerba ahogada entre barros provocados por densa savia de
segundos vida de esas otras que marcharon.
Fuere cierta si pensase tras besar a la parca aun
quedando entre mundos incomprendidos, admirando los momentos que
compartimos en tiempos desarmados. Tu sonrisa acude mientras el filo
sacude extinguiendo el infierno (…) Miro línea fragmenta difusa,
nada confusa, antes de aterrizar en el suelo, muerto, hielo, pasado,
olvido o recuerdo fugaz en el cadalso brutal que comparto con
centenares ya aliviados, hundidos en la desidia del abatido por metal
sediento, por honor mal encauzado o en nombre de patria resumida en
cuentas dinerarias y toneladas de paja, la misma, aún viva, donde
descansa mi testa tras liberar mi alma...
Fui paladín ventura con forja mentira, un asesino
arrebatando vidas hasta alcanzar el zenit adverso en la colina
quitanza, admirando lo descrito hasta dormir eterno... Sin olvidar en
mi olvido el amor que la proceso desde mí espanto ajusticiado...
Porque hoy, mi amor ausente, mi diosa latente que suspira entre
esperas e impaciencias, hoy, soy el decapitado.
© Dadelhos Pérez
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