viernes, 19 de mayo de 2017

LA JUSTA INJUSTIFICADA



Entré, cómo no. Lo bueno de estar perdido, sin carta apta para salvar la partida, es que nada importa, ni siquiera la propia vida.

Adentro estaban los que eran, disfrazados de falaz empatía cual lobos cercando presa, acostumbrados a sus desmanes que contemplan incluso justos dentro de su injusta haraganería que copia ladilla...Esos bichos que no sólo te chupan la sangre pues también te tocan los huevos...

―Buenos días, vengo con respecto a la herencia de mi padre.―Todo infierno desencadena tras años de abusos soportados.―Verá, no entiendo por qué debo pagar de nuevo. Mi padre se pasó toda su vida sufragando impuestos y más impuestos para ahora verme en la obligación de pagar por heredar su chabola, a la par de seguir con el inútil derrame impositivo...

―Es la ley, señor. Las reglas del juego. Gracias a los impuestos podemos disponer del estado del bien estar.

―Y...¿Dónde cojones está ese bienestar? Entraron unas veinte veces a la chabola de papá pues está más allá de los arrabales de la ciudad, se llevaron lo poco que tenía el viejo (…) Lo denunció pero no sirvió de nada, puede que la policía rondara un par de veces, excusándose (…) el jodido seguro se aferró a esa letra ilegible pagando decenas donde debieran ser miles...El viejo se apostó en la casa cual vigilante desesperado que paga religioso el reclamo gubernamental comprobando cómo los ladrones le quitaban lo poco que labró con esfuerzo (…)

―Debe comprender que resulta muy complicado detener a los ladrones, señor. Las fuerzas del orden público...―Interrumpido.

―No es tan complicado, son ustedes y su dejadez por estar abonados a la sopa boba...Mi padre casi lo solucionó en apenas un mes, encontró a esos otros haraganes amantes del atraco fácil, como ustedes, y se lió a tiros (…) no fue lo bastante rápido, cosas de la edad, ahora tendría 78 años...Murió acribillado por un jodido extranjero de ésos que visita el país durante 3 meses para robar todo lo que pueda...

―Lo siento mucho, señor.

―Es lo que tiene solucionar a solas las obligaciones de terceros. La cuestión es que yo soy más joven, amigo. Papá intentó eliminar a los carroñeros menores...

―¿A qué se refiere?

―Yo me encargaré de los mayores a consciencia de saber que no podré con todos, sois demasiados...

Querían que les retribuyera el puto impuesto por la herencia de papá y vi justo pagar también aquella que padeció. La podrida pasta está en las panzas del corrupto banco, seguro que no les costará echar mano. Yo les pagaré con destello revelador...

―¡Dios mío!

―Muy pronto lo verás.

Enseñé intenciones quitándome la vieja gabardina, mi chaleco engalanado por explosivos pedía entrar en el escenario para iluminar a iluminados alineados junto al hampa legal...Sé que me llamarán loco...(agarró el detonador)...o perro radical, terrorista, diablo o simplemente...desequilibrado...

―A que jode, ¿verdad?―Y apretó el botón.
 

PD. Más que exagerada historia con la que pretendo denunciar lo justo del injusto sistema clientelista (en España) donde los impuestos se duplican con descarada ligereza, las obligaciones acrecientan y el argumento de todo este paripé (los derechos) se pisotean cada vez con más garrulería.

La única motivación del despropósito es recaudar lo máximo posible sin las mínimas garantías en derechos, al ir recortándolos al son que aumentan obligaciones dejando a las claras su verdadera intención.

No me malinterpretes, creo en el sistema democrático o liberal, pero cuando los diferentes bastones de mando caen en manos de peleles al servicio oligárquico, el sistema se precipita al deterioro obligándoles a recurrir a la vieja receta clientelar (más funcionarios, etc.) en pro de mantener su mentira disfrazada de democracia. Aunque sólo es una opinión.

Cerrando este epílogo revenido de las realidades que observo a diario, me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.
 
Dadelhos Pérez