Predicado
Las
simplezas quedan obsoletas cuando obtusa avizora el alma...
―Fulgura
la luna en lecho crispado de noche incoherencia, al enfrentar
soledades por necedades que apartaron tu presencia, quedando huérfano
y arropado en mi introspección enemiga, que grita...
“Predicado
fuere y oídos no escucharon, entrando por el corredor decadente que
cobra pecados en la sala silencios, antesala de los rotos. Abrazado
por desdicha evitable que convertiste en signo carente aun
pronunciando reiterado en oratoria falaz, cómodo, dejado... Soy dado
al amor que me vence, soy cordero manso en prado, aire benévolo,
lluvia en secano, agua cristalina que a sediento calma otorgando
esperanza tras duros trancos. Pues con toda mi alma me entrego sin
renunciar a lo que fuera para ser lo que fuese; y en medio; la
condena que hiere al amor marchado entre sinsentidos cobardes del que
a solas mendiga perdones al reflejo plata. Olvidando que no la
ultrajó a ella, aun siendo aliada antigua del presente amor occiso
que recuerda, atontado frente a la nacarada reina en los lares de la
eterna salada... Bárbaro indecente, atacado por los egos
subsistencia reconvertidos en delirios divinos cuando sólo eres
carne, sangre y huesos... Extremidad poderosa sin cuerpo... Físico
acéfalo o perfecto ahogado en los lagos lúgubres de su adverso...
Beso no es moneda que conduzca hacia empatía alejada de tu ombligo
universo. A la postre, solo en tu fantasía pueril que la luna
observa despreocupada en su quehacer trillado, pues nunca, te repito
sin alentar mal, nunca fuiste el centro existencia que con clemencia
dicta condenando al resto finito...”
―¡Basta,
te digo! Para de marcar en mis pieles las hieles de mi erro. Soledad
soportaría estoico si tu voz sin cuerpo no alimentara el fuego
aflicción. Sentado en la granulada y mirando esperanzas en la reina
alabanzas que reflecta amor de su ausente, el astro rey vigente o sol
cuan nombre de pila. Puesto ella soporta carga milenaria persiguiendo
a su amado de la misma forma que su amado la persigue en día... Por
eso estoy dejado entre cánticos grillos y brisa marina, aprendiendo
a aceptar mis ruinas para reconstruir humilde comienzo que arranque
desde mis restos resurgiendo de mis cenizas...
“Tonto
valiente. Loco ido que vuelve. Música sorda, argumento absurdo con
lamento inconsecuente. Nada es lo mismo, nada lo será, ese sin fuste
refugio como si hoja escribieras quedándote trescientas para
concluir tu final, cuando apenas te resta párrafo despedida en
tétrica prosa aceptación que no te acepta. La luna es tierra y el
sol mera estrella que cohabitan en el vasto de los vastos... Mientras
tú, insignificante pasado predicado, permaneces ahorcado con la soga
imposible, quemando años y ensoñando fortuna que nunca llega... No
vuelvas a decisiones expletivas, maqueadas con diferentes adjetivos
que difieren de los verbos que te reinan, y acata la tremenda
predicada que no escuchaste, caminando sin más...”
―Caminando,
¿Adónde?
“No
existe destino escrito en ninguna existencia, mi querido predicado,
el camino es convergencia ante las evidencias que destilan
personalidades sin importar sinos o rumbos... Sólo tranco que supera
a su gemelo... Llámala, dile verdades que sientes obviando las
necedades que crees que desea escuchar, y acepta...No importa el
perder si se perdió con honra, dignidad que dignifica insuflando
respeto que perdurará en los silencios incómodos de ella... Puede
que chille cóleras por lo que representaste al principio, siendo
sólo eso, principio. Sin embargo mi voz juez silenciará tras tu
acto noble, esa confesión que necesitas ejecutar gélido, sin
máscaras ni peros... Decirla sin embozo... Perdón, os sigo
amando... Hasta siempre...”
―Que
así sea... Perdón, os sigo amando... Hasta siempre... (Y albeó
nuevo día consumido por su egolatría, víctima de sí mismo.)
®Dadelhos
Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.