lunes, 4 de julio de 2016

El resto

El resto

Rotan horas en la ensalada sin sazón que veleta condena inconsciente, amaneciendo oscuro con ilusión en falacia que confunde mi presente. Amarga recuerdo regurgitado en el primer aroma mañana que invade la cocina. Admirando ruina en el silencio parco cuando mudo desespero divagando mil deseos, sorbiendo café de nuestra taza compartida en orfandad abandono que comparto. Y brota lágrima afligida destripando nuestra rima, un te quiero musitado daba el pie que besé, el mismo que me apartó dejándome desarmado frente a utopía que bombardea ensoñación mezclando lo bueno que fue, con perfectos que serán al ser imaginados.
Aun así, cuento la versión de lo que fuimos, una pizca eternizada con tu sonrisa faro iluminando existencia, abrazando melodía que embriagó plenitud arrasando con prontitud cuando del sueño desperté. Buscándote en algún lugar entre lo que pudo ser y lo negado. Sazón que recurre a los restos alimentados por vivencias, como el azúcar del amor adolescencia o la sal en la herida de nuestro pecado. Restos humean copiando al café amargo, sabor de tu piel promesa que se difuminó igual que el humo del tabaco.
Son restos que taran mi piel. Son los sueños nunca soñados. Un mundo de lo que pudo ser en vasto universo envenenado. Sobre todo al recordar tu piel, tus gestos, tus manos; cuando surcaban mi ser liberando a este esclavo. Los restos de aquello que fue y el todo ahora desorbitado, los mezclo con el café, afligido a diario.
Las varillas del reloj de pared advierten frente domingo itinerario, dejando la taza sobre el banco, limpiando lágrimas, desafortunado. Agarro el ramo que te compré, tulipanes blancos y zarcos, saliendo del piso cárcel embarrotado por invisibles para encontrarte sin buscarte, al resultar más arduo tropezar con aquel que algún día fui a tu lado...
Son restos sumados en mezcla declive al cruzar las puertas, al caminar entre silencios, al dejar las flores en tu tumba que me mata con recuerdos, retoñando sonrisa compartida en nuestros tiempos luces. Y vuelvo a mirar tu imagen hermosa sin dejarte de buscar en algún sitio entre lo que fue y lo que será, mi sepelio que te encuentra.
Décadas distancian, significa que pronto compartiremos de nuevo nuestra taza de café… Te encontraré en la densa nada que alberga todo lo que me importa perdiendo la vida, ganando la eternidad contigo por el resto de los restos…

©Dadelhos Pérez

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