jueves, 8 de septiembre de 2016

LA ENSALADILLA (Micro/humor)

LA ENSALADILLA (Micro/humor)
Sonó sirena que daba pistoletazo en la hacienda cultural del pueblo perdido, entrando adultos ávidos por nuevos conocimientos a las distintas aulas con diferentes temas, todo redundo en la idea de aprender valías que valieran; de ahí la clase de poesía que más bien parecía junta de ensoñados divagando sentires y rabias; la de ajedrez, donde tres piratas ancianos dados al juego compulsivo arruinaban esperanzas de novatos en parcos movimientos. La de repostería, situada en la sala donde la puerta era más oronda, casando perfecta con golosos y golosas que devoraban ingredientes antes de cumplir el plato del día... ¿Prosa? Prosa también había, aun siendo clase del silencio, conquistada por el papel preñado por clásicos y modernos...
Y la que nos ocupa en la historieta que no era otra más que de cocina popular, dirigida por el chef especialista y propietario de la tasca vino barato situada en el centro, donde servía los platos del terreno con desparpajo y siempre sonriente aunque caía en la botella cuando el sol no lo vigilaba, dicho esto, entremos sigilosos en la clase del buen comer y atendamos los extraños revenidos por infortunios buscados en el amago trago de madrugada... Que entre el primer pie de la gran fantochada...
— ¡Pana, mala liendre saltó al gato, muchacho!—Desconcertado el venezolano que ayudaba allá en aulas que requiriesen de sus servicios. —El chef ronca pedo, tumbado en el suelo del corredor trasero...—Interrumpido fue.
Francisco Leotardo, esta es historieta prosa en recto sin esquinas, no oda salteada en casamiento fácil... Si el chef anda roncando y el aula rebosa, no queda otra. Nosotros daremos la clase del papo ingenioso enseñando a cocinar plato facilón, ensaladilla será la mejor opción de primera, y según salga, improvisaré segundo plato ganando agrados.

EN LA CLASE:
—Agárrense cuchillo y papa tras duchar en templada corriente y troceen, troceen como troceaba Juliana, esbelta cocinera soviética que inventó la ensaladilla española, la que aquí llamamos rusa y en mi país de esa...Verde se hierve en cuenco al fuego, menudo invento, y huevos de gallina, no se me alteren, para ligar mahonesa que no mayonesa... Batidora preparada, vaso alto de plástico a juego con la eléctrica que monta... Picado ajo en fondo con pizca de sal y huevo, huevo más huevo para cubrir de aceite de oliva... Majamos, no; pulsamos el “on” del batidor que bate en segundos lo que minutos traería el majado... Presten atención, por favor, no lo repetiré... Guisantes, alubias, zanahoria, pimiento verde, rojo, amarillo; acelgas por castigo... Garbanzos, puerros, cebolla, vinagre, cava, dos cucharadas de cacao en polvo... Todo a la bandeja mezclado aun sin picar, creando montaña sin carne que asuste al comensal y desista probar el invento. —Finalizó el venezolano advirtiendo el desespero de la clase, para anunciar al castellano que enseñaría plato novedoso sin ostentar talento.
—Segundo plato de elaboración tradicional donde el quehacer marca la diferencia. Agarren la botella de vino y descorchen, sírvase al gusto en cualquier vaso y beban, beban, sirvan y sirva para seguir bebiendo... Cuando acaben el contenido del vidrio, se retira agarrando otro y repitiendo jugada... Así hasta caer en espiritoso efecto que anulará rechazos frente al nauseabundo plato de mi buen amigo el venezolano.
®Dadelhos Pérez






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