―Lo
intentaste, eso está bien. Al fin y al cabo la vida es constante consecución de
tentativas que sólo traen espejismos de logros. Si consigues ligar con la
monada del barrio, luego hay que lograr buena convivencia para vencer el
aburrimiento y aterrizar en la indiferencia, ¿verdad?
Se sentó tras
encender pitillo ordenando con gesto prepotente a sus gorilas que los dejaran
solos, tamboreando sobre el barril que ejercía de improvisada mesa su
encendedor plateado sin apartar avizoro del desgraciado, el cual, permanecía
maniatado enfrente, con la cabeza hundida en la desesperación y la cara
desfigurada tras las caricias de los recién marchados.
― ¿De
verdad pensabas que resultaría sencillo?
Levantó mirada
después de escupir saliva mezclada con savia vida y algún que otro pedazo de
diente, esgrimiendo extraña sonrisa que contagió al elegante capo mafioso.
―No
hay nada sencillo, ni siquiera lo que vas a culminar lo es. Pero: ¿Qué sería
del día a día sin arriesgada apuesta?
―Verás,
Cachorro. Admiro profundamente aquellos que sin medios ni contactos se arrojan
al vacío, al ser preferible a consumirse en la indigencia. Aunque la torpeza de
no escoger bien el lugar no te deja muy bien parado. Podías haber dado el palo
en cualquier otro establecimiento, el de los chinos, por ejemplo. Pero tuviste
que meter las narices en nuestros negocios. No se atraca a la mafia, pipiolo, las
consecuencias siempre son dramáticas.
―La
mafia, la mafia… ¿Quiénes son la mafia?―Sin desalojar extraña mueca.―Ah,
sí, un grupo de colegas que han visto pelis de matones, ¿verdad? Sois soñadores
con armas aun desalmados jugando como juegan los niños en el recreo. Metéis las
manos aquí y allá eliminando cualquier competencia para acabar acomodados en el
escaño más alto, siempre según vuestra fe, claro está.
―Tienes
cojones, nunca había escuchado tanta valentía tras recibir el trato que has
recibido. Por norma, deberías estar pidiendo clemencia, intentando salvar el
pellejo.
―No
todo sale como uno cree, amigo. Además, como solía decir mi viejo, incluso
cuando parece que el rey contrario está sentenciado al jaque mate, brota la
posibilidad del perdedor por jugar parcos movimientos en pro de las tablas.
―Aquí
no cabe esa posibilidad, el final de la partida está en mis manos, me toca
mover ficha.―Enseñando
hierro.―Tan
sólo quería conocerte algo más, suelo hacerlo con aquellos que me sorprenden. Y
sinceramente, desde que entraste con el pasamontañas en el restaurante a grito
pelado, la curiosidad me ganó. Hay que tenerlos bien gordos para hacer lo que
has intentado, muchacho. Igual que plantarte frente a un ejército bien
pertrechado y en campo abierto con una ridícula navaja… Te dejo la posibilidad
de decir la última palabra, seguiría charlando contigo pero soy un hombre
ocupado. Así que si tienes algo que decir, este es el único momento, el último
de tu aventura.
―Ja!
Has visto demasiadas películas del padrino, amigo. Te doy una oportunidad antes
de sacar mi as de la manga. ¿De verdad crees que vine para atracar este
tugurio?
La escena
pintaba mal para el cachorro sentenciado que soltó aquella ridiculez viendo lo
visto. Sin embargo causó efecto inmediato en el engalanado capo que no tardó en
acercar su cara a la del maltratado sin dejar de sonreír, tras abandonar su
asiento.
La vida siembra
sorpresas que no lo son tanto si se vive fuera de la comodidad, de ahí la
invención de la televisión o el auge del fútbol, amansando a la muchedumbre que
se obstina defendiendo colores, riendo de las bobadas de la pequeña pantalla y
un largo etcétera que los esteriliza.
El cachorro
propinó cabezazo repentino impactando en el tabique nasal del poderoso que se
desplomó en el suelo, sangrando, aturdido, sorprendido.
―Jaque
al rey.―Musitó
levantándose con la silla a cuestas.―Se acabó la partida.
Usó las patas
del asiento como punta de lanza que impactó en el cuello del bien vestido, sin
poder evitar que le disparara varias veces.
Las tablas se
impusieron pese a pintar victoria asegurada, pues el capo sucumbió tras la
letal pata de madera que atravesó su garganta, y el cachorro pereció víctima de
los disparos (…) Durante más de media hora nadie entró en el viejo almacén del
conocido restaurante al no sorprenderse por las detonaciones…
®Dadelhos
Pérez (La ranura de la puerta) 2016
Puedes
acceder a las nuevas salas de La ranura de la puerta…