Defensa (Micro)
Viera sin mirar pues el
alma dictaminó calmando ansias, fue como alcanzar la gloria sin perder carnes
condenadas a la putrefacción en el nicho del perdido que reza en lápida quien
fue de pobre manera, al reflejar nombre completo, nacimiento y el día de su
tragedia…
Viera sin mirar
encontrando la pizca insignificante de sal que convierte lo soso del que
aguanta en lo sabroso de quien vive, cuando cruzara el pasillo que divide lo
que fuera de lo que soy, tras aquella madrugada que cambió rotunda amartelando
mi contradicción desde entonces desterrada… Bella y engalanada por tormenta deseo
al chasquido llamada de su tacón alto y vestido ceñido, en los edenes de los
placeres confesados donde ronda el pecado cohabitando con el mal… Sé que suena
fatal, a tragedia capaz de tumbar clichés arrogantes de vidas falacia dedicadas
a señalar a cualquiera mientras peca en su redundancia jamás confesa… Pero
encontré a mi princesa entre las carnes de arriendo cual claro mal quehacer de
quien pulula desesperado, hasta pactar con la madre del puesto pecado el precio
del alquiler…
Viera sin mirar pues el
alma dictaminó calmando ansias, borrando manías, iluminando a la bella con alma
clara que terminó convirtiéndose en mi mujer…
Así que no me hable de
faltas pues incluso en las guerras sus protagonistas de primera fila, bala
acecho, sangre tras bombardeo o carga indiscriminada, son creyentes de las
buenas corrientes donde manda la empatía exceptuando algunos casos. Los
inocentes de corazón innato siempre suelen ocupar los primeros puestos
maldición aguantando lo que sea… Y ella…Ella… ¡Ella es el cielo paraíso que
cualquier mortal anhela, señor! (…) Vuestro derecho a opinar no abarca insultos
recordando padecimientos de terceros desde la maldad de vuestro empeño por
hurgar en herida que sois incapaz de comprender… No lo repetiré, querido
mentecato cincuentón con inteligencia de primate recién nacido… Si volvéis a
señalarla, guardaré todo aquello que me enseñó en el armario de la entrada para
mostraros el elemento que una vez fui… Y no necesito jurar para cumplir, al
cumplir sin falta de amenazas… ¿Tenéis algo más que decir?
― Manolo, deja de leer
tanta novela rosa, tío… ¿Quieres o no quieres una birra?
Claro, nunca digo que
no a dulce y espumosa rubia con curvas atrayentes, las de la botella (…) Dime;
¿crees que tengo madera de actor?
―Un poco exagerado en
las formas, pero si te escuchara cualquier desconocido seguro que cuela… A
propósito: ¿Cómo está tu mujer?
Ella está, mi querido
amigo, siempre está (…) Es el mayor tesoro que la vida me concedió y concederá…
Brindemos por ella.
P.D. Las injusticias
denunciadas a través del arte es la mejor de las maneras, sin duda… Espero no
haber aburrido demasiado con esta pantomima que parece lo que no es y es lo que
parece… Dicho esto, hasta dentro de un rato, vamos; nada, cuando menos te lo
esperes tropezarás con otra publicación de este incorregible.
®Dadelhos
Pérez (La ranura de la puerta) 2016
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PERTURBACIÓN
(Compendio de relatos y micros)
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