La administración nos obliga indirectamente a trabajar con la mafia de los bancos (en el país pandereta, España) no por agilizar trámites, no nos vayamos a confundir, la treta resulta más (manos largas) que la excusa que exponen en sus diferentes escaparates.
En España el rey es el único ciudadano exento de la justicia, viva la edad media, que puede matar en hora punta a cualquiera en la puerta del sol (Madrid) y no pasaría nada.
Sin embargo hay otro “aspecto” que burla la legalidad pasando por encima de los jueces. Si la administración cree que eres deudor de cualquier impago impositivo, cursa la orden directa al banco de turno y arrambla con los cuartos sin preguntar, de disponer de la cuantía, de lo contrario congela tu cuenta hasta cobrar la supuesta deuda (…) esté o no equivocada.
Evidentemente existen contra-prestaciones a la sacra y mafiosa banca, faltaba más, por todos conocidas. Mirar hacia otro lado mientras toda la banca en pleno hizo de las suyas; cláusulas suelo abusivas, hacer pagar toda la formalización de la hipoteca al consumidor, cambiar los acuerdos en cuentas corrientes enviando mera circular, engañar con productos tóxicos a pequeños ahorradores y un largo etcétera.
Lo que realmente sorprende evidenciando la comunión de la administración con la banca es que el gobierno no ha movido un dedo más allá de su puesta propagandística que favorece...¿A quién?...Siendo las asociaciones de afectados quienes han ganado (y lo siguen haciendo) los pleitos en juicios aletargados al máximo del máximo y un poco más.
Sinceramente me da que pensar mucho, vislumbrando a los defensores por encargo democrático en parte del veneno que gangrena al país. Y como seguro te has percatado, no he hecho mención a idearios excusa porque en esta estructurada mafia no tienen nada que ver.
Las libertades tanto como los derechos figuran (o al menos así acabaremos) exclusivamente en el papel, quedando cual ensoñación de lo que pudo ser y acabó en pura utopía.
No tengo fe en el futuro porque transita secuestrado por décadas a manos no de un mal menor (los políticos) sino de un cáncer terminal...(los políticos) Desmontar la mentira para ellos sería el auténtico apocalipsis.
Dadelhos Pérez
