domingo, 28 de mayo de 2017

DÉJAME


 
Deja que rompa silencios surcando primero abismal distancia, esquivando constelaciones aburrimiento, desidia, cárcel idea que se rebela frente a posible solución desde acusación que sólo contempla condenas, negando empático que medie raciocinio cálido (…) déjame llegar a tu universo lejano sito en el sillón, a mi lado, hundida por silencios que gritan en tus adentros versos rotos, egocéntricos, víctima de equívocos alentados por la rendición a la que pretendo vencer...Sólo déjame...
Pues no existen más que dos vertientes razonables frente a la presente que nos mortifica: Déjame quererte, enamorarnos nuevamente (…) o simplemente...Déjame, dejándome.
 
PD. Todos los amores acabados albean el nefasto momento de poner las cartas boca arriba, papel que siempre le toca ejercer al más íntegro en cuanto que medie aparente tranquilidad.
A diferencia de los grandes clichés o san benitos colgados tanto a ellas (mujeres) como a nosotros (hombres) la realidad nos acerca más que nos divide rompiendo la cháchara propagandista de quienes creen en etiquetas, pues el papelón de encarar la última oportunidad no entiende de sexos.
Cómo alguien me dijo en alguna ocasión: “La diferencia entre sexos son 20 (…) los veinte kilos de más que pesa el hombre; puesto que ambos nacen con idéntica capacidad (la de aprender) y es la sociedad quien les enseña a diferenciar entre idénticos.”
Dejando el preámbulo para ocasiones ocasionales, guardo el redundo en el bolsillo y marcho, no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces...hasta ahora.
 
Dadelhos Pérez