VENCIENDO IMPOSIBLES
¿Qué cómo llegué
aquí? Es una simple historia repleta de recodo complicado; bueno, en
el más nítido de los lienzos a pesar de distinguir cada detalle, si
te acercas pegando la cara a la tela todo es abstracto aunque no
confuso. Mi profesor de historia decía que eran las sombras, y que
las sombras existen por el imponente astro adverso a sus naturalezas
que las proyectan cuando cualquier objeto interfiere, se encuentra
entre ambos. En mi caso, fue Margarita; la princesa sin corona ni
castillo que despertaba vida con un mero gesto, encendía deseo con
sólo una mirada. La reina del querer que sintiera, igual que canta
el romancero de Rodrigo.
Las sombras dan matiz al
argumento luz de toda una vida, así llegué hasta aquí;
persiguiendo esa luminaria esperanzado, sin apenas darme cuenta, casi
con los ojos cerrados... No me gustaría redundar en palabras, espero
que pueda disculparme en su justa medida, tampoco deseo
condescendencia, de eso le aseguro que tendré a raudales cuando me
paseen dentro de la caja de pino.
Lo importante, el núcleo,
la estrella orbital... Quiero decir... Mi razón no entiende más que
volverla a encontrar sin importar imposibles, aunque me tachen de
loco ido, ese que marcha para seguir marchando sin ánimos
pendencieros, sin venganzas niñas; sanado por completo de los males
humanos al desatar el nudo garganta hecho por el ego junto a la
coraza rancia de protección, esas memeces las superé hace
demasiados años, décadas; una coraza te encierra con el enemigo y
tira la llave... Es cómo aprisionar a una linda gacela con hermoso
león, pasará lo evidente, uno se come al otro y muere con mirada
entristecida por inanición y echando de menos a la merendada,
apiadándose de ella, aflicción pura y dura pese a las normas de la
vida. Pues adentro, lo mismo; surge esa voz desconfiada que sólo
sabe mirarse el ombligo, tachando a todo Dios de canalla, traidor,
busca bolsillo, pirata o mala persona... Y no es así...
...Un hombre armado entra
en un banco y atraca, ante la justicia es un delincuente, cierto, y
quitando a los profesionalizados, que los hay; las luces y sombras
que le llevaron al acto no fueron malas, más bien, desesperadas...
Cómo las mías...
—Señor,
no entiendo que pretende, esto es la sala de urgencias del hospital
central.
Lo
sé, canalla... ¿Creías que estaba divagando? ¿No serás uno de
esos que asienten sin escuchar?, ¿verdad? Cómo te decía, no me
importan los imposibles con tal de estar a su lado, y si es
inalcanzable, al menos saber que la felicidad rebosa de tal manera en
sus adentros que sale a chorro por cada poro de su piel canela...
Creo que no pido demasiado, ¿usted, qué cree?
—Mejor,
mucho mejor sería si bajara esa pistola, nunca me gustaron las
armas, me ponen nervioso.
Mi
Margarita está ingresada en este centro, lleva años esperando un
trasplante que no llega, agoniza inerte en la cama de serie y
enchufada a esas máquinas, con tubos de plástico.... La última vez
que hablé con ella, hace dos meses y tres días, me susurró
debilitada... “Hasta la eternidad”... Pero como te conté, no me
importan los imposibles, muchacho, nunca me importaron... Yo soy
compatible con ella en todo y mi corazón se lo entregué mucho antes
de que nacieras, hijo... Llama al cirujano...
—¡¡¡No,
no, no!!!
Venciendo
imposibles:
“...Mano
alza con hierro noche mientras sus candiles proyectan esperanzas, su
boca pasa sonríe. Colocando en sien la plegaria de vida para
Margarita que desfallece, apretando el gatillo que cambia sentido a
la muerte, la cual, prescinde de la anciana decadente y se lleva al
viejo enamorado. Olvidando al prendado extirpado casi de inmediato
para dárselo a la reina, mientras la parca se conforma con llevarse
casi todo de él, y un pedacito de ella...”
Dadelhos
Pérez
El romanticismo envuelve tu relato, amigo Dadelhos. Me encantó el final. Un abrazo y felicidades por tu blog!
ResponderEliminarGracias, amiga, besos mil. Y disculpa mi tardanza, voy mareado como un pato, jejejejeje, besos.
EliminarPrecioso, romántico y dramático a un tiempo. Un final muy triste porque la parca se lleva su vida y el corazón de Margarita.
ResponderEliminarMe ha encantado, Dadehlos. Un beso enorme y felicidades por tu blog
Muchas gracias, Chari, perdona mis tardanzas, besos mil
EliminarCreo que nunca antes había estado en tu blog y me alegro de haberlo estrenado con un relato tan bueno. Te dejé unas palabras en la Comunidad, pero te repito aquí lo mucho que me ha gustado el texto :)
ResponderEliminarUn abrazo!!
Disculpa mi retraso, gracias por tu comentario, buena amiga, besos por millones.
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