MIS AÑOS DE SOLDADO por Dadelhos Pérez
Cuando truena en pleno día tras el
chillido alerta de las sirenas, dejamos cualquier cosa para
escondernos en la ratonera, lluvia de bombas aterrizan enfadadas en
la ciudad perdida, puesto almas errantes buscan sus cuerpos
descuartizados entre las ruinas de castillos naipes de piedra
escombro. Mientras los refugiados aguantamos la tormenta desde el
tormento interno, y yo, pobre diablo idealista, agarro con fuerza el
fusil libertario, mirando a la pequeña en regazo de madre, con
mirada perdida, famélica y mal vestida…
Me pregunto entonces: ¿Vale la pena
defender libertades desde las atrocidades de la guerra?
Callarán las atroces y saldremos al
veneno ambiente, tierra urbana sembrada de muerte, lloros de madres,
desconcierto y hambre; mientras avanzan los fascistas pasando por
armas a cualquiera en pro de su ideología tan podrida como la
nuestra.
No pasarán, gritamos convencidos
alzando muros de saco arena, preparando las escupe balas, orquestando
el pecado que nos absorbe en esta locura sin fin… Me arrepiento de
mi lucha perdida, de los muertos contados en mis muescas, del delirio
sangre publicitado en propaganda que enfrenta… Maté sacerdotes por
orden sindical de quien nada tenía que ver con el gobierno legal,
rajé con bayoneta al patrón que años atrás me dio trabajo…
Crucé el Ebro en la gran contienda y acabé escondido en la pérdida
alicantina cual últimas tierras de la segunda república, donde los
emisarios de la muerte, los falangistas, nos pasaron por las armas en
su limpieza.
De haber ganado
nosotros la guerra lo mismo hubiere pasado cambiando actores del
paredón al pelotón que ejecutando mancha sus creencias. La locura
insurrecta hendió conciencias dando pie a los locos sedientos por
sangre hermana por ambos lados, el legal que se diluyó entregando
las armas al pueblo enfadado, y el militar empeñado en exterminar
cualquier reflejo democracia sin tener en cuenta ideario rojo,
liberal, conservador o apolítico…
Si pudiera elegir ahora, el exilio
sería sin duda el camino, aparcando la ideología debatida a tiro
limpio que no razona, abandonando legalidad y revolución dictadura,
sin más… Siendo tarde, siendo pronto o un simple soplo de
coherencia en mi última comparecencia en la vida…
—¡¡¡Fuego!!!
Excelente relato, Dadehlos, me ha encantado, pese a tratar un tema tan duro y desgarrador.
ResponderEliminarUn beso enorme
Gracias, Chari, y llámame Pep, ¿ok? besos mil
EliminarMuy duro el tema espero que solo lo hayas vivido desde la mente en busca de unas letras y palabras y componiendo frases para formar una historia. Un abrazo Dadelhos
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