DISTRACCIÓN
por
Dadelhos Pérez
La
calma siembra segundo cuando vislumbro poema crepúsculo desde mi
universo siempre latente, esa pizca de vida al son comparsa de las
olas que acuden, de la arena que espera, de las rocas besando
espumas, de la brisa lenta que acaricia rostro y rescata recuerdos
que no recordaba.
Ese
segundo magia que revela luz existencia nada más sentarme a la vera
del paseo, respirar ambiente tocado por la salada, ensoñar cual niño
distrayendo coleto que se distrae admirando diferentes gentes en su
itinerario grato. Creo que esto que me transmite la mediterránea es
esperanza sin esperas, adiós que muere y hola eterno que se confunde
con el cántico playa. Aunque regresa gracias a la luz de tu mirada
que observa mi morada entre asombros.
María,
vives tu salida de la hermosa Venezuela
que es incapaz de competir con tus poses atrayentes, tu estar
pausado, tu agarrar mis manos mencionando lo bello del color turquesa
que impera en la tremenda que se pierde en el horizonte.
—
Tenías razón,
papi. Es un lugar diferente y enigmático.
No
tan diferente de cualquiera, mi vida. Por viejo puede y por hermoso
llega. Pero tan solo es un pedazo de tierra atado a mi infancia que
me habla en tono madre por conocernos desde siempre. Supongo que a ti
te pasará lo mismo allá en la calurosa.
—
¿La calurosa? ¿Así
llamas a Venezuela?
Sabes
que la considero el paraíso, un lugar cargado de libertad solo
ensoñada en la vieja y chirriante Europa. Allá cabe la posibilidad
de perderse en la selva viviendo esa vida que leí en infinidad de
relatos o novelas. Mientras acá, acá solo habita el eco salpicado
por dramatismos sables, dominios dominando dominios, cierto que
también parió prosa dulce, poemas, músicas celestiales y un largo
etcétera de arte florecido a raíz de lo perverso que esconde esta
belleza. Comparto contigo lo más sacro que me sobrevivirá
embrujando a otros y otras que agarrarán libreta barata y
estilográfica de andar por casa, se sentarán en este mismo sitio
entre soledades dentro de bullicios paseo, escribiendo composición
que yo ya compusiera aun usando otro lenguaje diferente, distintos
adjetivos, con los mismos sentires o mimbres que usé y seguiré
usando hasta mi último día al ser lo mismo...
—
¿Escritores?
También,
aunque me refería a seres humanos, ni más, ni menos.
María
anda boquiabierta todo el tiempo desde que llegamos a España.
En realidad se maravilla por los cascos viejos de las ciudades que
vamos recorriendo enganchados a mi frenético trabajo. Es un mundo
nuevo esta vieja Europa que descubre por primera vez saboreando los
sabores (valga la redundancia) que imperan en mi tierra. La auténtica
paella Valenciana
con arroz bomba
y no aquella que hice con ese otro integral (o chino para los
españoles/as) que necesita más cocción.
Me
alegra tenerla en mis desventuras agonizantes del pulular constante
de una punta a la opuesta para regresar al punto de partida gracias
al éxito (incomprensible) de una mera novela simplona que anda
vendiéndose más que bien, me alegro por el autor que anda tan
sorprendido como el resto del equipo.
Quería
compartir con vosotros/as una primera vez a los 45 años (mi edad)
esa primera en que mirada descubre la inmensa diosa mediterránea
engalanada de turquesa y desprendiendo ese aroma inconfundible de la
salada.
Como
podéis ver, las primeras veces no dejan de sorprender a cualquiera,
espero no haber aburrido con este escrito alejado (puede o seguro)
del romancero al que soy prácticamente un adicto.
Sin
más ceremonia que deseos benévolos para con todos y todas, regreso
a mi trajín dulcificado por esa belleza que ilumina mi presente
inmediato y los que vengan. Encantado de leer y de escribir desde mi
prisma (algo personalista, lo confieso) pero como bien me instruyó
mi viejo profesor de literatura culpable por que me decantase por
este noble arte… (Es tan sencillo como hablar, pues escribir es
charlar con el lector en su coleto)
Abrazos
desde la cercanía de la distancia que nos ofrece el milagro de la
nube, hermanos y hermanas, que la felicidad os anegue sin empalagar
demasiado, solo lo justo. Espero regresar cuanto antes a nuestro
universo G+ y leerles, por supuesto, son una fuente inagotable de
inspiración. Hasta entonces (…) hasta ahora. (Me gustó este
final, o punto y seguido para los/las más optimistas)
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