jueves, 12 de enero de 2017

Hazlo (Drama)



Es crítico destino avanzar por el descampado alzando ojos, descubriendo la nada que asola verdades tras tus requerimientos negados, tu mirada perdida, tu frialdad ensayada para el último de nuestros instantes.
Es impuro acto que sé que necesitas, quedando varado en el capricho de Dante, pues averno sin purgatorio me espera... Más allá del ilusionado que rompe o se deshace cual papel mojado. Más allá de las soledades reinas que me presentarán silencios, alejado de besos reales que cambiaré por recuerdos reconstruidos, sinsabores saboreados, roces imaginados y susurros soltados a la nada de mi celda en el reino de las amarguras... Más allá del tormento cual padecimiento locura, aun apartado del resignado que jamás fui, al menos al lado de diosa que aire cediera concibiendo vida, cediéndola… Y…
Pero, siéntate, dale vida a la muerte mostrando tu mejor cara; destello que no se compara al ser el más hermoso. Sonríe, enseña tu mueca, divierte al perdido que apostó alma y perdió maleta, billete, barco y destino. Dame muerte desde la vida que te compone, que suene tu voz caramelo, que se pierda tu enfado primero, heredado del ensayo frente a lo dificultoso emprendido haciendo de este ido un solitario impío, muerto.
Sé que puedes hacerlo a partir del moribundo interno que te acercó al insensato, pues un adiós dulcificado no calmará infierno…Tanto, como un adiós enrabietado por temor a caer en el querer que dominara tu diva presencia en algún momento… Por eso, hazlo…Pero hazlo bien, princesa. Firmando mi condena con un…Te quiero…

P.D. El desamor parte del amor y deja poso; es posible que únicamente en el encargado de padecerlo al encajar el golpe, el fuerte de la pareja, el débil frente al derrumbamiento que no fue capaz de enmendar.
Soy un auténtico profesional exento de minuta sobre el tema. Por perder perdí la perdida, aunque como en todo adquieres experiencia y olvidas vértigo.
Supongo que sabes de lo que hablo a tu manera, por supuesto, bajo tus vivencias, tus errores, tus aciertos, tus demencias.
Por eso decidí escribir sobre el momento justo de la ruptura, eso sí, visto desde la ya citada experimentación del que perdió hasta lo que está escrito ganando ingente universo maravilla.
Vamos, porque soy ateo, de lo contrario juraría que vivo en el cielo, aunque en mi hogar no hay querubines, solo unicornios y sus parientes alados que cabalgan junto a este cuarentón por los vastos del imaginario que me imagina tras imaginarlo, claro está, de lo contrario no existiría.
Espero con corazón en mano no haber aburrido con mis desvaríos, intento únicamente entretener, sin más.
Recuerda recordar aquello que insististe en que jamás olvidarías… Pronto volveré con otra igual, parecida o totalmente diferente, es lo que tiene la locura sin cura (de curación no de credo) leyendo también vuestras obras pues me asombran las calidades… Dicho lo hecho o echado lo dicho tecleando sobre el paciente que jamás desespera, me despido no sin antes desearte de las buenas las mejores… Hasta entonces, hasta ahora.

®Dadelhos Pérez (La ranura de la puerta) 2017
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