lunes, 15 de mayo de 2017

AL VIENTO



Rugen desde el abismo interno las vanaglorias traidoras que ofertaron equívoco a consciencia. Doman las buenas que regentaron su alma, traicionadas por vientos funestos que prestaron odio a la par que nulo atisbar del contrario, por cobarde.
Llano despejado entre cerros enfrentados, presentó escenario tártaro no sin antes reunirse ambos cabecillas con el falso afán de evitar lo inevitable...
―Duque de las férreas, nadie quiere hacer trabajar a la santa que sólo lleva, más, perteneciendo todos los presentes al mismo reino.―Sin descabalgar corcel.―Miles engrosan mis falanges, fieros domados en batalla y dispuestos a detener influencias bárbaras en reino cristiano. Aparcad vuestras pretensiones y regresad a vuestras tierras pues jamás lograréis el pecado que corroe lo sagrado, en nombre de vuestro escudo.
Descabalgó el joven Duque rompiendo protocolo, para desenvainar acero y clavarlo en las fértiles sin apartar mirada.
―Os doy razón en parte, vuecencia. Miles armados comenzarán el desastre que debilitará nuestras fuerzas atrayendo a carroñeros famélicos (…) el fin de la corona.
―Entonces: ¿Qué proponéis?
―Es mácula discernir faltas propias escondiéndose detrás de un ejército, señor. Exijo lo mismo que le exigisteis a mi padre (…) ¿Recordáis? Aprovechasteis sus heridas tras la batalla forzando duelo (…) Descabalgad y acometed el mismo acto conmigo salvando de la ruina nuestras tierras. Sólo nuestra sangre, vuecencia, riegue este llano con el beneplácito del honor y la justicia...
PD. La contestación del tramposo pasó por sacrificar a hermanos inocentes por no solucionar con sus manos el odio que engendró.
Una triste historia que se repite a lo largo y ancho de la existencia humana, coronando héroes que fueron cobardes genocidas o hundiendo en el averno almas puras que nos liberaron, a pesar de ser masacrados por la élite que tomó nota. Eso sí, durante lapsus de tiempo al ser conocido que ciudadano fogueado pierde el miedo y muere siendo soldado…siempre.
Un leve micro inspirado en mi actual composición novelesca, breve eterno que finiquito deseándote de lo bueno lo mejor con un hasta entonces...hasta ahora.
 
Pepe Esparza (Dadelhos Pérez)