domingo, 14 de mayo de 2017

Las trágicas bienhalladas


Remontar la cuesta tras superar a su gemela en el arduo pero placentero viaje por la vida… No soy amigo de la desesperanza ni de la espera, pues tranco resultaría fiel seudónimo de quien escribe estas líneas. Quizás, seguro que alguno lo piensa, abandonar sería el mejor camino...A los mismos les digo que por abandono pululan los sinos entre sombras o grises, ignorando la luminiscencia o su gemela que siempre da la espalda.
Con todo lo poco de lo mucho que queda, doy paso a mi ensoñación sin abrir el cajón de las esencias al comprender que de poco serviría, más que para albear pamplinas de refugiados tras la coraza de la pantalla grande o pequeña...Bienvenidos a La Ranura De La Puerta, gran descubrimiento que decepciona o alegra, al fin y al cabo yo propongo y tú (…) Bueno, tú haz lo que quieras.
Ah, claro. Falta la composición para esta entrada que parece no tener fin, ahí va...
...Son lindes si encerrado o cohibido anduvieras por las permitidas, puesto caminar por las prohibidas te convertirían en extraño, ilegal o simplemente alma libre...”
La brevedad es oportuna si de arrumacos no se trata, y con ella aderezo esta pequeña trama que parece referirse a lo que no se refiere, concretando lo que concreta.
¿Y por qué?
Sencillez es mi segundo nombre a pesar de navegar por océanos de letras muy complicadas, labor que es devoción de este escriba que antes se dedicó de lleno a la lectura casi convulsiva que sigo practicando.
Seré bueno como el pan blanco tierno y no a medias, copiando al idéntico piedra; para aclarar lo obvio que seguro que muchos vislumbraron rápido, mientras otros, los menos, no se percataron por falta de atención, incomprensión de mi argumento liado en liso sin nudos, o por la mera incapacidad de hallar lo que está y quedarse cual liebre en plena madrugada atrapada por los faros de automóvil... No me enrollaré mucho más, tranquilos, me basta una frase.
La esclavitud tiene el precio injusto de la libertad, aunque la libertad también conlleva precio.”
Antes de que algunos me destripen razonando humos delirantes, aclarar que ninguna de las dos composiciones me pertenecen, hice trampas. Las sustraje del kilometraje lectivo que llevan mis ojos para servirlo en plato llano con el fin de componer una entrada descompuesta ¿Qué puedo decir? Hoy no es día para darle a las teclas.
Sin más, y pidiendo las oportunas e inoportunas disculpas a quien corresponda, me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.

Dadelhos Pérez