sábado, 13 de mayo de 2017

TIRANAS


Florecen chispas en ojos que claman salmo, silencio de quien finales saborea, cuando cruce de hierros lo desarmara en el patio perdido, puesto así anduviera. Entendiendo que fuera mejor no haber lanzado el guante al rostro del opresor, y no por cobardía; con el fin de vivir soportando mácula que merma fama que jamás le dio de comer, con tal de abrazar, besar, escuchar, adorar...Y en aquellos tétricos instantes sólo volverla a ver...Antes de lo inevitable que pudo evitar y negara.
Guerreasteis bien, tabernero.Sin acento mofa.Lástima resulta arrebataros aliento con mi espada, al comportaros con honor incluso ahora, malherido y arrodillado...Dejando caídas vuestras manos sin apartar mirada.
Son las tiranas que fluyen de mis adentros, marqués. Barren el falso sentimiento que me arrojó al suicidio, fijando mirada en la plateada que blandís en vuestra diestra...Recordando lo único que importa, pierdo, más allá de la vida...
Alza mano vengadora divorciada del odio que debiera, descendiendo precipitada hacia el cuello del derrotado, que en vez de retroceder asustado, levantó cabeza dejando paso al filo, beso limpio que desgrana en centésima apagando luces, negando albas o adormeciendo por siempre su existencia.
Un hombre entero, sin duda.Dijera observando la cabeza del decapitado.Lástima que no percibiera el pecado del reto, llevado en volandas por las tiranas de la tiranía, o su tara, equívoca valentía frente al pleito.

PD. La locura en ocasiones se confunde con valentía pagando alto precio.
Breve romancero medieval, hace tiempo que no escribía, viene a resultar azúcar en taza humeante (la misma que me espera en la tabla del laboro) pero no sin antes desearte de las buenas las mejores con aquel redunde que redundo... hasta entonces...hasta ahora…Terminada la pequeña obra, me encaro al caldo azabache caliente. Te invitaría de no ser por la vehemente evidencia que ya no quedará café cuando tus ojos lleguen a esta cortés despedida, tanto como  larga, igual que día sin pan, beso a solas, charla en silencio…entre muchas otras.
Hasta luego, te digo, en tono romancero.

Dadelhos Pérez