lunes, 1 de mayo de 2017

Noche plena

Entrada muy completa la que les traigo: Noche plena (relato ¿erótico?) con mi habitual PD… Cine, documental, concierto en directo, cómo se hace y excentricidad, culminan mi propuesta de audiovisuales, horas de entretenimiento. Espero sea de su agrado.


Deliro en mi espera lecho admirando tu silueta a través de la ranura de la puerta, vistes sedas que dejan ver, medias noche citadas al derroche que sesgarán su existencia; y pierdo la paciencia erguida mi hombría para con beso primero encender mecha en la noche plena...Resumen atrevido de la entrada de hoy, sin duda un toque erótico en un relato diferente...Nada es lo que parece...

Llegara el ocaso hundido en su apartamento soledades, donde rebuscó filmes pecaminosos por sus bullicios carne, para imaginarse en la piel del actor porno dando amor con sentimiento no sentido a las tres despampanantes.
Verano mandaba y ventana quedara abierta mientras él rescataba de las telas su erecta herramienta.
Esta vez no más de cinco.—Mascullara.—Anoche me pasé irritando el glande y caminaba raro en el trabajo.
No hay magias en presentes incapaces de trabajarlas, ni oportunidades que aparezcan llamando sin más a la puerta. Quedando palmario que el masturbado compulsivo de a diario, ni labraba, ni labró por cambio que provocara compañía grata, calenturienta y dispuesta. Copiando a las tigresas de la cinta.
Ponla a cuatro patas y penetra.—Recelaba esperando su escena favorita.
Fuere en el momento cercano a la culminación zambomba, cuando extraño interrumpiera golpeando delicadamente aún constante la puerta.
¡Mierda! Y yo armado.—Se vistiera cual rayo.—¿Quién es?
Queda estrafalario aun siendo detalle determinante, citar el enorme falo que no disimulaban las telas, tal vez por eso cogiera un cojín acomodándolo entre las piernas, tranqueando torpe hacia la batiente.
Soy Clarice, tu vecina. Necesito una pizca de sal para la tequila.—Algo cohibida.—Tengo visita, bueno, si pudieras hacerme el favor.
Entonces abrió sin mirar por la mirilla, llevado en aras de dispensar la sal, finiquitar la inesperada y regresar al sillón frente a la pantalla para descorchar el enorme volcán que no ardía, bramaba.
Viera a la exquisita treintañera engalanada con albornoz de seda, tacones aguja de donde partían las medias pasión, labios globosos con carmín pecado, cuello largo en caída vista hacia el escote agazapado tras la seda.
¡Madre mía!
Lo siento, estaba liada con mi visita hasta que descubrí que no tenía sal. Me puse esto encima. Espero que me puedas disculpar.
Asombro baja guardia ante las tersas de enfrente, soltando el cojín que amaga, de repente, para mostrar el enorme falo endurecido bajo las vestimentas en serio peligro de rajadura, por la gran presión que la tensión de éste ejercía.
¡Madre mía!—Ahora exclamara más viva.
Mil perdones, me pillaste en mal momento.
Tu visita tiene mucho que pelar.—Soltara involuntario tiente por andar tentada.—Nunca había visto nada igual, ¿me la enseñas?
Sonrió perverso sacando palo que zarandeó juguetón, al son que ella acariciara ambas entrepiernas (la ajena y la propia) para decir descarada...
Quiero probarla en paladar y luego a cuatro patas...
Y en ese preciso instante se fue la luz dejando en negro la pantalla a pesar de agitarla hasta salpicar, eso sí, sin ver, sólo siguió imaginando que era el actor en el papel necesidad en otra de sus noches plenas.

PD. Es realidad que acompaña en algún momento a ambos sexos, claro está que no tan exagerado como en la historieta. La imaginación puede bastar apoyándose con las propias experiencias aunque somos dados a la novedad. Nos cansa visionar el mismo porno, queremos nuevos filmes que cuentan lo mismo cambiando cuerpos.
Pero haciendo honor a la verdad basándome en mis vivencias, la pornografía apaña lo mismo que un programa de cocina estando famélico, miras el plato y sueltas (que buena está) pero cuando termina la elaboración saliendo los carteles del cierre o fin de función, sigues teniendo hambre.
No me meto con los amantes de la pornografía, pero sí aconsejo a los atrapados/as en la ardua red de la soledad involuntaria, que si quieres comer tendrás que cocinar...Y si quieres amar, tendrás que conocer (…) no existe otra fórmula.
Reflejado lo inspirado tras confesión de tercero en un diario local, me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.
Dadelhos Pérez
 Reflexión propia: “No existen claridades sin sombras, ni éstas sin reflejos. El blanco no es tan blanco, ni el negro tan negro.”
Lectura recomendada: Designio De Acero (micro)
©La Ranura editorial (todos los derechos reservados)


El filme del día
HULK



El documental del día




En concierto
AC/DC



Curiosidad dudosa
Grabó su propia muerte




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La transformación de las suites presentes y las que vendrán (audiovisuales) nos llevará algún tiempo.
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  2. El cine y los documentales tendrán su propia ventana sin desaparecer del todo de este sitio. Adelantaremos promos de futuros estrenos, entrevistas y mucho cine + documentales.
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