lunes, 8 de mayo de 2017

Saldando

Soy consciente de la gran carga surrealista que enmarca este relato, tanto como las diferentes visiones sobre la misma cosa y vista desde el mismo punto de mira por cientos describiendo dispares. Camino por la senda del género negro con diálogo entre cordero y lobo (algo habitual) metiendo los pies en imposible absurdo cual reflejo exagerado del absurdo más qué posibilitado, impuesto.
 



Ya sabes que sólo pretendo entretener, las opiniones o ideales de mis personajes no siempre las comparto, es posible que esto último sobrara, pero de vez en cuando es bueno recordar que la ficción es ficción, y la realidad de este escriba pasa por la entrega a la creatividad de lunes a lunes, cosa que me divierte y sustenta pero no resulta tan emocionante como por ejemplo, este relato…

Cambio de rumbo resultó lo más sencillo sin apartar avizoro del frente y dando lo mismo el escenario presente. Las ocasiones merman actitudes convirtiendo al siervo apaciguado en punta de lanza que apacigua tras probar carne...
Está bien, lo entiendo. Al fin y al cabo ustedes son una empresa que va a lo que va.Con tono enfadado.Así que actuaré siguiendo sus pautas.
El recatado director de la sucursal, mostró gesto satisfacción al escuchar al latoso de todos los días sucumbir, aparentemente, ante los intereses de la afamada firma bancaria que representaba.
Les adeudo un total de catorce mil Euros más los intereses, ¿es así?
Sí, su única salida, como ya le dije ayer, pasa por abonar las cantidades. Tenga en cuenta que a cada día que pasa la cifra incrementa por culpa de los intereses de demora.
Supongo que descontarán del total las horas que he perdido solucionando el embrollo, ¿verdad?Sacando un papel de algún sitio.Cómo bien reflejé en la documentación que me solicitó cuando accedí a comprar la susodicha hipoteca, soy un pequeño empresario dedicado a tiempo completo...
¿Cómo?
...Las diferentes entrevistas provocadas por usted, me han supuesto sustanciales pérdidas en mi negocio.Cediéndole el escrito al director.Comprendo su postura, pero también exijo las pérdidas que su torpeza ha generado a mi negocio al poder dirimir todo esto en una sola entrevista. Sin embargo llevo meses enfrascado...
¿Será una broma?
Ahí tiene la relación desmenuzada del adeudo que su entidad tiene conmigo: incluyo las llamadas telefónicas que me obligaron hacer, el trasporte, los honorarios no percibidos en mi negocio por atenderles, junto a los intereses generados, por supuesto. Debe comprender que soy un profesional con larga trayectoria, al igual que ustedes.
¿¡Veinte mil Euros? Ha perdido la cabeza.
Más intereses.
Reinó silencio ridículo por la aparente ridiculez del cliente que era reflejo exacto de la idéntica enfrentada.
Está loco, pague el adeudo o procederemos...Interrumpido
Mi querido director de barrio, yo ya inicié el procedimiento de reclamación del adeudo, me refiero al de ustedes conmigo. Es evidente que mis cauces distan de los suyos ya que ustedes gozan de privilegios, evidencia; recurrir a la justicia impuesta sería jugar en clara desventaja, ¿no cree?
Creo que se terminó la reunión.Prepotente intocable.
Sacó un revólver para descansarlo sobre la tabla.
Yo creo que no.Tocado, pero no hundido.
No sabe lo que está haciendo, señor. Arruinará su vida.
Es curioso, hasta ahora todo transitaba por la rigidez del negocio, y de repente sufre un ataque empático preocupándose por mi persona.Amartilló el arma.No tiene que preocuparse por mi futuro, amigo, debería seguir las regias políticas de su empresa (…) verá, sólo voy a ser propietario de parcos segundos, nada más. Mañana o dentro de cinco minutos volveré a la puta mierda de ser tratado cual pelele (…) Eso sí, con la sonrisa dibujada en mi cara al haber borrado del mapa un gramo de prepotencia déspota.
Por favor.Imploró a media voz.
No, no lo hago por favor, es cosa de justicia.Y apretó el gatillo.



PD. Nos sirven obligaciones tras velo de derechos convertidos en humo cuando se tuercen las cosas. No teniendo en cuenta más que los intereses empresariales propios y olvidando por completo el daño colateral que sufrimos.
Es evidente que la historia está exagerada, pero si atendemos con el reloj en mano todas las obligaciones a la que somos sometidos, por ejemplo por la administración, y las multiplicamos por los honorarios que percibimos en nuestra ocupación profesional, más desplazamientos, llamadas telefónicas y demás. Posiblemente frente a cualquier pago menor nos tendrían que pagar ellos. Pero al parecer el único tiempo computable para ser retribuido nunca es el nuestro.
Sin duda es apreciación exagerada que fotografía la gélida maquinaria nada justa de las administraciones, etcétera. Un apunte que pensé divertido en un tétrico relato negro, sin grises.
Me despido no sin antes desearte de lo bueno lo mejor con un hasta entonces, hasta ahora.



 © LA RANURA editorial, 2017 (Todos los derechos reservados)