La entrevista

Tengo cincuenta primaveras que saben a invierno, peino canas, pago el alquiler de una habitación que bien podría pasar por zulo represivo heradado de la inamovible depresión crónica. Y para rematar mi pesadilla europea, llevo desempleado casi una década.

No quiero más qué trabajar, sacar unos cuartos, vender lo poco que tengo y escapar a cualquier país sudamericano para vivir entre personas de verdad. Montar un pequeño negocio sin grandes pretensiones y vivir lo mucho o poco que me quede.

-Su perfil no encaja con el puesto, señor.

¡La madre que te parió!

Buscan a un barrendero (...)

-Barrendero o barrendera.

¡De acuerdo!, un barrendero o barrendera para adecentar las calles. ¿Dónde no encaja mi perfil? ¿El color albino de mi pelo, quizás? ¿El principio de calvicie, la papada, las arrugas de las arrugas o las putas ojeras fruto de lo infructuoso?

-Carece de la experiencia requerida para optar al puesto, señor.

¡La leche en polvo agriada!

¿Experiencia? Tengo cincuenta tacos, señorita. Cuarenta de ellos barriendo, fregando, lavando ropa, planchando, reparando los pequeños desperfectos de mi casa.

-Nos basamos en su experiencia laboral, lo siento.

Ya, es verdad. Tengo una carrera, dilatada experiencia en el campo de la construcción, pero carezco de un master en la técnica del uso profesional de la escoba, ¿verdad? Y el necesario, divinizado papelito donde diga; "Oye, que sí, este tipo sabe agarrar la escoba correctamente, conoce su uso y encima es sabedor de los enigmáticos secretos del recogedor. Por fin alguien capacitado para utilizar ambas herramientas sin volverse loco,para el Novel."

¡A la mierda!

-Lo siento.

Disponemos de un curso especializado en el tratamiento de residuos y su reciclaje por tan solo 1500€. 

Si lo cursa, sus opciones para optar a nuevas convocatorias(...)

Déjelo, su perfil no encaja, señorita. Carece de la experiencia para vender cursos, no está cualificada.

¡A la mierda!
¡Putos estafadores!

©La Ranura de la Puerta.