martes, 16 de octubre de 2018

Arte de artista

Arte de artista que sobre arista construye universos. Y en los espejos, reflejos de los mismos mermados con tintes tímidos diferencia, como sonrísa bella de niña entre juegos.
Como pirata robando atenciones en el escenario lustroso de la sala de estar, y en frente, la paciencia de dos pacientes enamorados de su gracia. Y no solo por padres o hijo, hijo o padres.

Arte de artista cuando sobre las sombras halla destellos, y de éstos, fiel paraíso calcado de lo que quiso y nunca fue. 
Arte de artista, vida de vivo con fruta y pan, amenidad por cercanía. Sí, sí; y en soledad gira la torna, quita añadidos concentrando la pureza de lo qué fuera pues pasó, existía o experimentó. Eternizándolo para los restos con el arte.
El suyo o el mío.

-Vale, Rogelio. Pero cómete las lentejas, hijo.

No, no, no. ¿No sería mejor dejarlas, soñarlas y reinventarlas?, mamá.
Obra crearía como arte de artista sobre la arista del lienzo que inventó porque inventa. Pintaría macarrones con queso o pan con chocolate. Bombones, caramelos, regaliz.
O lentejas de buñuelos azucarados, salchichas con tomate o (...) ¡Una hamburguesa!

-No, come. Luego, inventa.

©La Ranura de la Puerta

OTRAS LECTURAS

BUM-BUM relato terrorífico con narrativa a la vieja usanza que cumple sobradamente para con el lector.
Un humilde homenaje al gigantesco Allan Poe.

Fruto de filosofear desmedido y muy entrelíneas, Egolandia es un triple mortal no apto para sensacionalistas. 
Todo un reto para los más sesudos/as.

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